La Agricultura es la profesión propia del sabio, la más adecuada al hombre sencillo y la ocupación más digna para todo hombre libre. Cicerón

viernes, 23 de septiembre de 2011

EL BUNKER



El Correo Vasco, septiembre 2011. Gustavo Duch
Michael es tremendamente fatalista. Cuando conoció los peligros de la energía nuclear construyó en los bajos de su casa un refugio nuclear. Como teme a los ladrones tiene también una habitación del pánico. Los alimentos y productos de limpieza que compra y utiliza para su familia llevan etiquetas de cien por cien ecológicos no sea le entre una toxoinfección en casa; y el agua corriente pasa por un doble sistema de filtro y depuración.
Pero Michael no está preparado para todo, porque Michael, como la mayoría de personas de los países industrializados, nos alimentamos en un sistema global muy vulnerable, del qué poco conocemos. ¿Si supiera Michel que cualquier día nos pueden cortar el suministro de energía, se instalaría unas placas solares autónomas? ¿Si supiera que nos pueden cortar el suministro de agua, recuperaría el agua de lluvia y el viejo pozo del jardín? ¿Y si supiera que el supermercado se podría quedar vacio, sin comida, atiborraría las despensas de latas de conserva y embutidos? No sería una solución acertada a largo plazo, claro, pero de todas las pesadillas que aterran a Michael, seguramente la menos improbable sea precisamente esa última: el desabastecimiento de comida, sobre todo en las ciudades.
La alimentación urbana hoy por hoy está totalmente desconectada de la producción de alimentos;  la producción de alimentos que abastece a las ciudades es totalmente dependiente de energía fósil; y la energía fósil no es infinita (la regla del tres). Cuando el déficit de petróleo y gas natural sea más patente (o cuando alguna crisis estratégica nos deje sin suministros) el precio de la energía será progresivamente más elevado. De hecho se puede observar una correlación directa entre el precio del petróleo y los costes de los alimentos que, de naturaleza industrial y no campesina, se producen con pesticidas y fertilizantes derivados del gas y del petróleo; que se han sembrado, regado y cosechado mecánicamente; que han viajado en barco, camión o avión; y que guardamos en frigoríficos que calientan el planeta.
¿Qué  puede hacer Michael y sus monomanías para protegerse ante tal descalabro? Como dicen algunos textos, también los individuos y las familias podemos empezar a introducir una agricultura y alimentación de transición,  que vaya acercándonos progresivamente a una alimentación de bajos o negativos costes energéticos. Cinco ideas:
  1. Revisar la despensa y la nevera y analizar cuánto petróleo vemos en ella. Cuántos envases y  paquetería observamos, cuántos alimentos kilométricos nos abastecen, cuántos dependen de una cadena de frío, cuanta carne aparece…para tenerlo en cuenta.
  2. Revisar la nota de la compra…y nos sorprenderemos que comparado con otros capítulos de nuestros gastos no es este uno de los más sangrantes, de forma que no es mala idea empezar a desviar partidas de nuestro presupuesto del capítulo de lo ‘innecesario’ al capítulo de lo ‘vital’.
  3. Repensar los menús en base a la sostenibilidad, es decir, pensar en nuestros hábitos de compra, en nuestra forma de guardar y preparar la comida, incluso del modo de vida que nos lleva a tener o no tiempo para cocinar.
  4. Rebuscar cerca de dónde vivimos alguna cooperativa o grupo de consumo que ya están abasteciéndose de productores locales; o localizar mercados de campesinos.
  5. Ruralizar la casa, es decir dedicar las macetas, el jardín o la terraza a cultivar una parte de lo que requerimos. O participar de un huerto comunitario en ese terreno abandonado del barrio.
Esto más o menos, o confiar en un milagro que –Michael lo sabe- no se dará.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

CRISIS ALIMENTARIA

Septiembre 2011, REVISTA ECOLOGISTA, Gloria Martínez y Gustavo Duch
Algo no va bien cuando el diccionario –o nuestro uso del mismo- se queda sin recursos. Al drama de levantarse por la mañana, cada mañana, y no saber qué vas a poder comer tú y tu familia, le llamamos ‘crisis alimentaria’. Cuando comer pepinos, brotes de soja o carne de cerdo puede –dicen- causarte una indigestión, le llamamos ‘crisis alimentaria’. Y si de la noche a la mañana, por arte de birlibirloque, los precios de la canasta alimentaria suben por las nubes, a eso… ¿cómo le llamamos? Pues sí, ‘crisis alimentaria’ evidentemente.
Un embrollo semántico por falta de lucidez. El capitalismo es lo que tiene, que nos latifundiza los conceptos y los disimula creando el eufemismo único: ‘crisis alimentaria’ para no tener que sonrojarse hablando de hambre, pérdida de soberanía alimentaria, especulación, envenenamientos industriales…
Las  crisis alimentarias, cualquiera de éstas tres, no son algo coyuntural

miércoles, 1 de junio de 2011

Una crisis inpepinable

El Correo Vasco, 1 de junio de 2011. Gustavo Duch

La ‘crisis de los pepinos’ o mejor dicho el brote de E. Coli que afecta al norte de Europa, es una buena ensalada donde se mezclan alarmas, angustias y mensajes de confianza. A la espera de respuestas definitivas sobre sus orígenes, y ahora que tenemos a los pepinos absueltos, me parece imprescindible abrir algunas reflexiones sobre el sistema alimentario global por el que hemos optado en los países desarrollados (y que se ha impuesto a los países del Sur empobrecido).
El sistema en cuestión ha sido diseñado para producir algo parecido a alimentos, a costes muy bajos, tanto económicos, sociales como ecológicos; pero que puedan producir altos beneficios a quienes se dedican a su comercialización. Los alimentos, lejos de considerarlos como una necesidad y un derecho, se entienden como una mercancía sin más. El caso de los pepinos es un buen ejemplo: los esfuerzos para cultivar, regar y cosechar un pepino, representarán para el agricultor o agricultora 0’17 euros por kilo vendido. La población consumidora pagará 1’63 euros por kilo. Es decir, un incremento superior al 800%.
Mercancías con este margen son verdaderos diamantes que recorren el mundo siempre en una misma dirección, la dirección centrípeta: desde las regiones productoras a las poblaciones con más poder adquisitivo. Y pepinos, piñas o panga hacen entonces viajes muy largos, en temporada alta y con muchas ciudades que visitar. Las administraciones ante este mercado, no se plantean revisar el modelo, sino que optan por asegurar y aumentar los controles alimentarios. Pero por muchas medidas que se puedan tomar, y como hemos visto también con las dioxinas, gripe porcina o vacas locas, las crisis alimentarias son insalvables, y las acabamos pagando la población consumidora (que puede enfermar) y la productora (que puede perderlo todo).
Las dimensiones del problema también las hemos de tener en cuenta. Una partida de alimentos industrializados afectada de algún problema de salubridad son miles y miles de unidades contaminantes, aumentando mucho la dispersión y alcance del brote o epidemia.
Por último en Alemania, donde se ha podido percibir cierta descoordinación entre sus autoridades, han obrado tajantemente bajo el principio de precaución, impidiendo el consumo del pepino y otras hortalizas… por lo que pudiera ocurrir. El mismo principio que en cambio siempre queda relegado en otros riesgos alimentarios no agudos pero si a largo plazo, como por ejemplo el consumo de alimentos transgénicos o las nuevas prácticas de nanotecnología. Pareciera que las multinacionales que controlan el sistema alimentario tienen lazos muy estrechos con las autoridades sanitarias que a ellas sí les permiten campar, acampar y cultivar a sus anchas.
A partir de estas reflexiones y otras que se podrían añadir, parece lógico proponer que las medidas políticas en agricultura y alimentación se dirigieran más a revisar el modelo en sí mismo. No podemos resolver estas crisis con más puntos de control, con más tecnología; es un camino equivocado y sin salida. Sin embargo, como dice la Dra. Marta Rivera «la Soberanía Alimentaria, que apuesta por la relocalización de los sistemas agroalimentarios y por modelos de producción campesinos, podría (además de alimentar a toda la población) incrementar también la seguridad alimentaria. Por un lado, los alimentos serían adecuados al contexto cultural, por otro lado, la agricultura campesina, desde el enfoque de la agroecología, favorecería la producción de alimentos sin tóxicos, disminuyendo el riesgo de consumir alimentos contaminados y socialmente justos. Así mismo, el acortamiento de la cadena alimentaria y la reducción del número de intermediarios y transformaciones sufridas por los alimentos disminuyen los puntos críticos en los que los alimentos pudieran ser contaminados».
Y los beneficios quedarían en manos campesinas. Las alarmas sólo servirían para despertarles por la mañana, si el gallo se olvidara de cantar.

Gustavo Duch. Autor de LO QUE HAY QUE TRAGAR. Coordinador de la revista SOBERANÍA ALIMENTARIA, BIODIVERSIDAD Y CULTURAS.

martes, 17 de mayo de 2011

Graneros del mundo

La Jornada de México. Gustavo Duch. 17 de mayo de 2011 Si son tan amables, lean con atención estos párrafos que tomo prestados de un diario:
«El 8 de mayo más de un millar de vecinos y vecinas, indignados todos ellos y ellas salieron a la calle ante lo que consideran un nuevo atropello para su territorio. Perfiles de personas mayores, jóvenes que animan el acto reivindicativo a golpe de cacerolas y tambores, nuevos rostros de personas que han decidido volver al campo, padres de la mano de sus niños y niñas que no quieren que recojan el testigo de una tierra desolada; todos y todas indignadas por una de las últimas operaciones planificadas, con el beneplácito de las Instituciones de nuestra tierra, para dar cobertura legal a una empresa que pinta de negro el futuro de nuestros campos y de nuestros pueblos. La indudable pretensión de autorizar la construcción de una mega-incineradora.
«Los mensajes de los organizadores de la manifestación y en representación de las personas movilizadas no pudieron ser más claros. -Esta es una tierra olvidada, de la que nunca se acordaron cuando llegó la era del desarrollo. Y ahora, que las zonas desarrolladas no saben dónde ubicar su basura, quieren que nosotros aceptemos que se queme en nuestra tierra; asumiendo las nefastas consecuencias sobre la salud y sobre nuestra escasa economía, basada exclusivamente en la calidad de nuestro medio ambiente. ¡Ubicar aquí esta incineradora es decir adiós al futuro de nuestra comarca, es potenciar la despoblación que ya vivimos, es una injusticia social! Eso es lo que hoy venimos a denunciar: ¡la injusticia! y nuestro derecho a buscar un desarrollo sostenible para nuestro territorio, un camino que se amolde a nuestro entorno, que le haga evolucionar, sin arrancar nuestras raíces».
Como han llegado hasta aquí con la lectura, primero muchas gracias. Segundo, supongo que se preguntaran dónde ocurre esto. ¿Ghana, actual chatarrería para los electrodomésticos europeos? ¿Territorios rurales de México dedicados a la instalación de las industrias más contaminantes? ¿O les viene a la memoria la reciente noticia de los planes de Japón y EEUU de llevar sus residuos nucleares a Mongolia?

Efectivamente podría ser uno de esos lugares, lugares que tienen todos un elemento común: se encuentran en el Sur global, en la espalda del mundo, oprimidos debajo de los grandes, al servicio de las urbes, las metrópolis y las industrias: los Sures Rurales, repartidos por todos los puntos cardinales. Como es Tierra de Campos, «la comarca que fue el granero de España, hoy sólo es el granero de los bancos y de las transnacionales agroalimentarias. De ella se ha extraído casi todo: nuestras gentes, nuestro dinero, nuestro patrimonio, nuestra cultura, para desprestigiarla y arrinconarla en fríos museos etnográficos. (…) Sólo nos traen la mierda (futuros cementerios nucleares, incineradores, etc.) y las mentiras. Mentiras, y mentiras de nuestros representantes públicos, que siguen planificando nuestras vidas sin contar con nosotros y nosotras». Así lo explica uno de sus campesinos, (campesinos dice el diccionario, aquel originario de Tierra de Campos), Jeromo Aguado.

Como él nos recuerda pareciera que la llamada urgente que Stephane Hessel, uno de los redactores de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, hacía a la ciudadanía : ¡INDIGNAOS!, a los sures rurales y maltratados, a los graneros del mundo extenuados, ya llegó: «¡ESTAMOS INDIGNADOS!», claman.

Gustavo Duch Guillot, Coordinador de la revista SOBERANÍA ALIMENTARIA, BIODIVERSIDAD Y CULTURAS y autor de LO QUE HAY QUE TRAGAR.

martes, 10 de mayo de 2011

Las manos

Galicia Hoxe, 11 de mayo de 2011. Gustavo Duch

El Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua define el término rural como ‘Inculto, tosco, apegado a cosas lugareñas’. En contraposición, se refiere al término urbano como ‘Cortés, atento y de buen modo’.

El cacique se levantó. Estaba rodeado de todas las personas del clan. El clan de los Urbanos. Estaban atrapados, en la encrucijada, no más podían demorar la decisión. -Tomemos un nuevo camino, ¿cuál? ¿Por dónde? ¿Hacia dónde? ¿Para llegar a? ¿Con quiénes? – preguntó.
Las familias ya no cultivaban la tierra. Habían delegado la producción de alimentos a empresarios que con modernos métodos de cultivos –explotaciones, les llamaban- habían estrangulado todos los recursos naturales. A los pocos años, poco quedaba para comer, y menos quedaba que fuera comestible. Tanto gastaron y tanto despilfarraron que montañas de residuos, emitiendo gases pestilentes, les impedía respirar con regularidad. El oxigeno que llegaba a sus venas, y el agua que bebían en sus vasos, estaban infectados, y así, sus cuerpos enfermaban.
Habían perdido todo el control. El cacique y su asamblea de ancianos, ya no regulaban, no tenían poder. Habían entregado a las manos de una gran mano invisible su libertad. Todo tenía dueño, amo o gestor. También los saberes eran mercancía para esas manos invisibles, frías, atentas, cortesanas y aplastadoras. Y a todo eso le llamaron crisis.
El decidor, el hablador, el que cuenta, el que sabe de otros clanes, se puso de cuclillas y tomó la palabra. -Allí, más cerca de lo que parece, conocí de otro clan. Son los Rurales. Desde hace años entendieron más que nosotras y nosotros. A nuestro lado son precursores, innovadores…casi que son futurólogos. Porque supieron que vendría y actuaron:
Cada familia entregó su blasón, los cosieron y hecho uno y multicolor proclamaron en rebeldía, su soberanía. Pactaron reducir, reciclar, reutilizar y ese ejercicio que les hacía más grandes, le llamaron, decrecer. Pensaron, repensaron y reaprendieron el arte de cuidar la tierra para producir alimentos. Le llamaron agroecología. Recuperaron a sus espíritus que les recordaron cuál era su mejor tesoro: sus manos. Tal vez toscas, pero manos palpables, que abrazan, que rodean, y –concluyó el hablador poniéndose en pie- calientes como el Sol.

martes, 26 de abril de 2011

Agricultura anticrisis

Público. 22 de abril de 2011. Gustavo Duch

El hambre, la peor y la más extendida de las pobrezas, cruel y paradójicamente nunca tuvo nada que ver con la falta de alimentos. En los últimos años, esta afirmación se presenta con su peor cara. Las crisis alimentarias –las subidas de precio de los alimentos básicos– han sido provocadas por la avaricia de personas, organizaciones y mecanismos que se dedican a la especulación con los alimentos. Unos negocios basados en la fabricación de escenarios de malas y pocas cosechas que, mientras consiguen que sus promotores recolecten grandes beneficios, hacen que para muchas familias desayunar, comer o cenar sea algo imposible, sobre todo en los países empobrecidos del Sur que dedican el 70% de sus ingresos a la necesidad de alimentarse.

Pero aun sabiendo que no es un problema de abastecimiento, pues disponemos de alimentos suficientes para todo el planeta –más de la mitad de las cosechas de cereales se dedican a piensos para animales y agrocombustibles; los descartes de la pesca rondan el 40%; sólo en Europa en la cadena de producción, suministro y consumo de alimentos, se desperdicia hasta un 50% de los alimentos; y otros datos que señalan el mal uso y desperdicio de los alimentos–, es necesario revisar qué modelo de agricultura puede ayudar a revertir la situación.

Las características que debemos demandarle a esta agricultura son tres: que tenga capacidad productiva suficiente para la población actual y futura; que sea respetuosa con el medio ambiente y con el uso de los recursos naturales, es decir, que sea sostenible; y que genere el suficiente sustento nutritivo y económico para las personas que la producen, porque es precisamente la población campesina quien más sufre pobreza, en una crisis antigua y estructural.

Como pudimos escuchar el pasado 17 de abril, Día de la Lucha Campesina, los movimientos campesinos defienden con contundencia y perseverancia, frente a la agricultura industrial (la que imita los procesos industriales y fabriles), una agricultura inspirada en la naturaleza: la agroecología. Sus bondades más evidentes (adaptabilidad a diferentes ecosistemas, bajo uso del petróleo, poca contaminación, defensa de la biodiversidad, mejor calidad, etc.) casi nadie las discute. En cambio, siempre se la acusa de ser una agricultura bucólica, romántica e incapaz de producir lo suficiente. Un mito en el que la industria agrícola ha invertido tanto que pareciera que las plantas sólo crecen regadas con productos químicos, los árboles sólo dan frutos si se las abona con fertilizantes sintéticos y las vacas sólo dan leche si se las alimenta con soja.

Pero tenemos fundamentos para afirmar que esto no es así. El más reciente llega del relator especial sobre el Derecho a la Alimentación de las Naciones Unidas, que presentó ante el Consejo de Derechos Humanos en Ginebra su informe “La Agroecología y el Derecho a la Alimentación”, elaborado a partir de las investigaciones más relevantes en estas temáticas de los últimos cinco años, donde se ratifica que “la agroecología puede duplicar la producción alimentaria entre cinco y diez años en regiones donde reina el hambre”.

Para llegar a esta conclusión el informe presenta diferentes estudios y experiencias donde se han aplicado variadas técnicas basadas en la perspectiva agroecológica. Por ejemplo, destaca el estudio realizado por el profesor de la Universidad de Essex (Reino Unido) Jules Pretty en el que se compararon los efectos de la agroecología en 286 proyectos distribuidos en 57 países empobrecidos, englobando en total una superficie de 37 millones de hectáreas, es decir, una superficie muy significativa. Pues bien, los resultados muestran un aumento medio de la cosecha del 79%. O el estudio encargado por el Proyecto de Previsiones del Gobierno del Reino Unido sobre el Futuro de los Alimentos y la Agricultura Mundiales, que examinó otros 40 proyectos en 20 países africanos en los que se impulsó la agroecología durante la década de 2000. En ellos, el rendimiento medio de las cosechas, sólo entre tres y diez años, se duplicó holgadamente. Es decir, una familia campesina, con técnicas muy sencillas, ecológicas y autónomas (por ejemplo, incorporación de peces en los arrozales de regadío, barreras de piedra para mejorar la humedad del suelo, integración de la ganadería con la agricultura, cultivos repelentes de insectos, utilización de leguminosas para fijar nitrógeno y muchas otras) puede ver en poco tiempo más que duplicados los alimentos que puede consumir o llevar al mercado.

Con tales evidencias, y con los problemas que genera la agricultura intensiva, es preciso revisar dos planteamientos urgentemente. Por un lado, en los países más empobrecidos se ha de favorecer la propagación de esta agricultura, creando el entorno propicio –como dice el relator–. Las estrategias nacionales deben incorporar la agroecología como el motor fundamental de su producción de autoabastecimiento, y para ello se debe reorientar el gasto público en agricultura, actualmente centrado en agricultura para la exportación, y apoyar todas las estrategias participativas (por ejemplo los programas “de campesino a campesino”) que permiten la difusión más eficiente de este nuevo enfoque.

Y por otro lado, ¿no deberíamos en los países industrializados, con megagranjas de gallinas y cerdos en clausura, con monocultivos de trigo u olivares, y por lo tanto de pueblos desiertos, de huertas abandonadas, de un campesinado inexistente o envejecido… y paisajes artificiales, revisar –a vista de los resultados presentados– nuestro propio sistema agrario y alimentario?

Gustavo Duch es coordinador de la revista ‘Soberanía alimentaria, biodiversidad y culturas’

ILustración de Jordi Duró

lunes, 18 de abril de 2011

GIRO DE LA POLÍTICA DE TRANSGÉNICOS

El único país de Europa que apuesta claramente por el cultivo de
transgénicos, España, pegará un golpe de timón en los próximos meses. El
Gobierno prepara un registro obligatorio de parcelas cultivadas con maíz
modificado genéticamente en el que los agricultores se tendrán que apuntar
siempre antes de sembrar y mediante comunicación formal y expresa, según
la hoja de ruta del Ejecutivo en materia de transgénicos, a cuyas
conclusiones ha tenido acceso Público.
 
El documento asegura que "el Gobierno no incentivará el cultivo de
transgénicos", aunque en la práctica lo desincentivará. Los propietarios
de las tierras tendrán que comunicar en qué parcelas exactas plantan
transgénicos, de qué tipo son y "las medidas adoptadas en cada cultivo
para evitar contaminación externa". La creación de esta lista negra de
agricultores transgénicos, con un indudable poder disuasorio, se
concretará mediante un real decreto antes de que termine la legislatura.
 
Los agricultores tendrán que retratarse ante la opinión pública
 
Una plaga que causa estragos
La ministra Rosa Aguilar cambia así el paso marcado por su predecesora al
frente del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, Elena
Espinosa, que siempre apoyó el cultivo de transgénicos en España. Aguilar,
en cambio, defendió el programa electoral antitransgénicos de Izquierda
Unida hasta que abandonó la formación para entrar en la Junta de Andalucía
con los socialistas. Recién nombrada ministra, en diciembre de 2010, la
exalcaldesa de Córdoba aseguró en una entrevista con este periódico que
comía transgénicos "sin problemas".
 
En España se plantaron en 2010 unas 76.000 hectáreas de maíz con genes
alterados en laboratorio, casi una cuarta parte del total del maíz
nacional. Estas plantas modificadas genéticamente son resistentes a una
plaga que causa estragos en Aragón y Catalunya: los llamados insectos del
taladro o barrenadores del tallo. Cuando estos bichos mordisquean el
tallo, una proteína tóxica para ellos paraliza su sistema digestivo y
mueren.
 
El propio Ministerio afirma que estos alimentos no son perjudiciales
 
A partir de la entrada en vigor del real decreto, los agricultores que
quieran sembrar esta variedad resistente al taladro, desarrollada en
origen por la multinacional estadounidense Monsanto, tendrán que
retratarse en el registro y exponerse a la opinión pública. Según el
último Eurobarómetro, de 2010, sólo el 35% de los españoles apoya el
cultivo de organismos transgénicos. En 2002, el porcentaje alcanzaba el
61%. El temor de los ciudadanos es tal que el maíz sólo se dedica al
consumo animal, porque ninguna empresa se ha atrevido a comercializarlo
para las personas. Sin embargo, la misma encuesta revelaba que en el país
de Europa con mayor superficie sembrada con transgénicos uno de cada
cuatro ciudadanos no ha oído hablar nunca de esta tecnología.
 
Sin incentivos
El creciente rechazo de los españoles a los transgénicos no se corresponde
con ninguna evidencia científica que indique peligro. El propio Ministerio
explica en su página web que "no existe ningún estudio científico que
demuestre que estos alimentos sean perjudiciales para la salud". La
industria siempre ha esgrimido esta ausencia de riesgos para rechazar la
creación de un registro de parcelas cultivadas con maíz modificado. La
propia existencia de una lista negra ya siembra dudas sobre su seguridad,
argumentaban.
 
En la actualidad sólo se conoce el número de hectáreas por autonomía
 
Las organizaciones antitransgénicos, como Greenpeace o Amigos de la
Tierra, sí reclaman desde hace años la creación de un registro público,
como según ellos exige la legislación europea. Hasta la fecha, el Gobierno
español había interpretado esas directivas de otra manera y sólo ha
publicado el número de hectáreas transgénicas en cada comunidad autónoma,
sin decir dónde se encuentran exactamente. En España no hay nada parecido
a un registro. La superficie sembrada se calcula en función de las ventas
de semillas modificadas genéticamente declaradas por las multinacionales.
 
La actualización del nuevo registro central será responsabilidad de las
comunidades autónomas, según la hoja de ruta del Ejecutivo, que buscará
"el máximo grado de consenso y participación de los sectores". El
documento también señala que "el Gobierno de España no irá a más en primas
e incentivos al cultivo de transgénicos", aunque en la actualidad no hay
recompensas económicas para el cultivo de transgénicos, más allá del
ahorro en insecticidas contra la plaga del taladro.
 
Tres Españas
El discurso del Gobierno ha cambiado por completo. En los papeles del
Departamento de Estado de EEUU revelados por Wikileaks aparecía el
secretario de Estado de Medio Rural y Agua, Josep Puxeu, pidiendo al
embajador estadounidense presión en la UE a favor de los alimentos
transgénicos. Pese a su supuesta seguridad absoluta, Austria, Francia,
Alemania, Grecia, Hungría y Luxemburgo han prohibido su cultivo. Sólo
España, la República Checa, Portugal, Rumanía, Polonia y Eslovaquia
plantan organismos modificados genéticamente en la UE. Y, dentro de ellos,
España cultiva aproximadamente el 80% del total europeo.
 
Ahora, el Ejecutivo parece sospechar. "Las autoridades científicas deben
mantener un seguimiento continuado de la evolución y consecuencias de los
cultivos, y las autoridades de gestión, tanto nacionales como regionales,
deben acentuar el seguimiento y control de los cultivos", asegura el
documento.
 
Si se confirman las trabas burocráticas a los transgénicos en nuestro
país, la UE se quedará definitivamente descolgada del ritmo de los grandes
países americanos y algunos asiáticos, como India y China. Si se trajeran
a España todas las hectáreas de tierra cultivadas con transgénicos en todo
el mundo en 2010, habría que recorrer el país desde Huelva hasta Girona y
desde Cartagena hasta A Coruña atravesando un tupido campo de mazorcas de
maíz, hilachas de algodón y granos de soja con sus genes modificados en el
laboratorio. Y todavía faltarían otras dos Españas.
 
El año pasado, la cifra de transgénicos plantados en el mundo rozó por
primera vez los 1,5 millones de kilómetros cuadrados. El 80% de la soja
que se planta en el planeta ya es transgénica. Y el 65% del algodón. Y el
30% del maíz.
 
La UE, voluntariamente, se ha quedado fuera de este boom. En 1998,
Bruselas aprobó el cultivo del maíz con genes modificados por la
multinacional estadounidense Monsanto para ser resistente a la plaga del
taladro. Desde entonces, nada. La UE sólo aprobó en 2010 una patata
transgénica de la química alemana BASF, cuyo uso será residual, para
obtener almidón para las industrias del papel, textil y de adhesivos.
 
Casi la mitad de todo lo plantado se encuentra en EEUU. Y el resto se
reparte entre Brasil, Argentina, India y Canadá. El primer país europeo en
esta lista es España, en el puesto 16, según el último informe del
Servicio Internacional para la Adquisición de Aplicaciones
Agrobiotecnológicas. Además de cultivar maíz, España lo importa de EEUU y
Argentina, igual que la soja y la colza transgénicas, cuya siembra no está
autorizada en nuestro país.
 
 

miércoles, 13 de abril de 2011

AGRICULTORES, ECOLOGISTAS Y CONSUMIDORES SE MOVILIZAN CONTRA LOS TRANSGÉNICOS

12 de abril de 2011
Tercera Semana de Lucha contra los Transgénicos


El cambio de discurso de Rosa Aguilar no varía la actitud de su Ministerio que sigue favoreciendo a las empresas de los transgénicos

Frente a la defensa de los intereses de las multinacionales que sigue representando el Gobierno de España. Agricultores, ecologistas, consumidores y un nutrido grupo de organizaciones de la sociedad civil [1] presentan la Tercera Semana de Lucha contra los Transgénicos, en la que animan a la sociedad española a que muestre un año más su rechazo a los Organismos Modificados Genéticamente (OMG) y a que participe en el conjunto de actividades que se desarrollarán por todo el país, entre las cuales habrá protestas, acciones informativas y reivindicativas en la calle, en supermercados, en campos, conferencias y charlas, proyecciones de películas, debates y reuniones con agentes sociales [2].

Tras protagonizar en abril de 2009 en Zaragoza y abril de 2010 en Madrid las dos mayores protestas contra los transgénicos que se recuerdan en Europa, la situación en España no ha cambiado nada. En 2010, en España se sembraron alrededor de 70.000 hectáreas de maíz transgénico comercial, y la mitad de los ensayos experimentales al aire libre con estos peligrosos cultivos en la Unión Europea. Todo esto en una situación de absoluta falta de transparencia y control. Frente a esta posición, países como Francia, Alemania, Austria, Grecia, Luxemburgo, Irlanda, Polonia, Hungría o Italia han puesto freno a los transgénicos en su territorio. España se mantiene como por tanto como el único país de la Unión Europea que cultiva transgénicos a gran escala.

En diciembre de 2010 las revelaciones de Wikileaks demostraron que la política sobre los transgénicos del anterior equipo del Ministerio de Medio Ambiente, Rural y Marino (MARM) estaba dictada por los intereses de EEUU y sus multinacionales. Recientemente la ministra de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, Rosa Aguilar, ha anunciado que “desde el Gobierno no queremos ir a más en cuanto a la producción de transgénicos”. Un importante mensaje teniendo en cuenta la realidad de estos cultivos en España, que sin embargo no ha calado entre los miembros de su Ministerio, que continúan la tónica iniciada por los Gobiernos del PP y continuada por Elena Espinosa de abierta colaboración con la industria de los transgénicos y falta de participación pública real.

Los transgénicos no son la solución a los problemas del campo ni aportan nada positivo a los consumidores, al contrario, cada vez son más los datos científicos disponibles sobre los riesgos sanitarios de los OMG y de los agrotóxicos empleados en su cultivo.

La mordida

Galicia Hoxe. Gustavo Duch. 13 de abril de 2011
Eran los años de la posguerra, del hambre y el trapicheo. Pero eran sus años de infancia, no tenía otros y no podía escoger.
En el pueblo el futuro tenía un color muy apagado y como tantas otras familias marcharon hacia la capital, publicitada como el progreso y el desarrollo. Allí tampoco estaban fáciles las cosas, y aunque pareciera imposible, la vida se las ingenió para complicarse un poco más. No sólo faltaba el trabajo sino que faltaba la familia a la que acudir o el huerto que cultivar.
Se buscaron mil maneras de salir adelante hasta que atinaron con una que les permitió buenos años de trabajo: fueron comercializadores de proteína animal, de calidad y barata. Gracias a sus contactos se hacían traer huevos del pueblo, que de uno en uno, o de docena en docena, vendían en los barrios más humildes de la ciudad. Con la ayuda de Nano, el burro que tiraba del carro; y del carro que cargaba vendedor y huevos.
El día que el padre enfermó le pidió que se encargara  del negocio, que no era complicado, que tu deja que Nano te lleve, que él sabe de esto, que dónde se pare allí será que tienes que bajar a entregar los huevos y cobrar. Que no tendrás problema -fue todo lo que le explicó.
Así, de la noche a la mañana dejó la infancia para convertirse en empresario de la agroindustria. Con un burro como maestro y un carro como tecnología.
Todo parecía salir como le habían indicado. En los subes y bajas del barrio de el Polvorín, Nano ejercía perfectamente su papel. Frente a las puertas donde el burro se detenía, siempre salía una señora o un señor interesado en su mercancía. Eran ventas concertadas y aseguradas.
Frente a una casa -que también hacia las veces del comercio para el barrio- el burro se paró, y apareció el dueño interesado en 10 docenas de huevos. Rápidamente se cerró el trato. Pero Nano no arrancó su marcha habitual.  Tozudo y emburrado no quería moverse, mientras en el dintel del comercio-vivienda, el comprador de huevos no podía dejar de sonreír.
-Tu socio espera su ‘margen comercial’ -dijo mostrando una zanahoria en su mano. Eran tiempos de ‘mordidas’, de estraperlo alimenticio. Pero todo ha cambiado, y ahora, las mordidas son a gran escala, son especuladores profesionales, que de las zanahorias hacen oro. Por cada uno de sus mordiscos, miles de seres humanos se quedan sin comer.

miércoles, 6 de abril de 2011

Cuidado, llega una revolución

Revista Integral. Gustavo Duch. Marzo 2011
Desde muchos lugares del planeta están llegando informaciones coincidentes en una misma dirección: parece que se están moviendo piezas para generar un cambio muy drástico en el modelo agrícola actual. Si eso prospera muchas cosas se alterarán, se desorganizarán, pudiendo ser el principio de una revolución en este terreno, mucho más trascendental que aquella llamada ‘revolución verde’. Así que todas aquellas personas que estemos preocupadas por el planeta y su supervivencia –que es la nuestra-, tendremos que estar atentas. Se ruega levanten las antenas y circulen la información que puedan recibir. Más que nunca hemos de saber qué se trama.
Las primeras noticias a las que yo he tenido acceso hablan de una agricultura que produce más comida por hectárea que la agricultura industrial, que tanto nos está alimentado. ¿Será posible aumentar esos índices? Si así fuera, tendríamos un asombroso efecto: podría significar mayor autosuficiencia y mejores ingresos para las familias, pueblos y países que practiquen esta renovada agricultura, lo que llevaría a la ruina o la casi desaparición de las corporaciones de la alimentación. Las pocas y grandes empresas que se han mantenido en los primeros puestos de venta (y control) de las semillas, genética animal, fertilizantes, pesticidas… no podrán competir contra un agricultura que –dicen- es funcional con semillas autóctonas y tradicionales, recuperando y revalorizando razas autóctonas más fuertes y rústicas, que no utiliza química para sus labores y, ¡magia potagia! no depende del petróleo.
Se ha filtrado también que detrás de esta agricultura están las y los pequeños campesinos. Que son ellas y ellos los impulsores, pero como bichos raros que son, no tienen problema alguno en compartir, enseñar y ceder su saber. Es decir, puede ser [y será], el fin de una hegemonía que tiene sedes y poltronas en las universidades, en las escuelas técnicas o en los institutos de investigación.
Algunas prestigiosas organizaciones especializadas en analizar los impactos de la agricultura, pesca, ganadería…en fin, todo el sistema alimentario actual, -de escondidas o disimulando- han analizado esta forma de producir y distribuir alimentos, llegando a dos conclusiones, de nuevo, colosales. Por un lado han corroborado que  «mientras el modelo alimentario global actual es responsable de más de la mitad de emisiones de CO2 que asfixian la atmósfera», ésta otra se maneja con métodos y procesos capaces de almacenar más CO2 del que emiten. Vamos, una agricultura, que abre las ventanas y enfría el planeta además de ser mucho más adaptable a los venideros cambios climáticos.
Y por otro, han podido estudiar que al igual que la agricultura industrial o convencional con sus excesos químicos, hormonales y artimañas varías, tiene efectos preocupantes sobre la salud de quienes trabajan con ella y de quienes nos alimentamos de ella, esta agricultura revolucionaría sólo es rica en calidad, frescura y salubridad.
¿Será por todo esto que quieren ocultarla, desprestigiarla y boicotearla? La agroecología, que así se la conoce, sabe de virtudes muy poco apreciadas por el paladar capitalista: reduce el consumo de agroquímicos, conserva y difunde material genético y depende del saber campesino. Nada con lo que enriquecer bolsillos.
Ya lo saben, que corra la voz, y estemos preparados. Nos incumbe.

viernes, 11 de marzo de 2011

¿Con la OMS , para que queremos guerras?

marzo 9, 2011 por joseppamies

Siempre las guerras, han servido:

–Para imponer unos caciques cada día mas poderosos, por encima de otros.

–Para dirimir que ideología o religión seria la dominante

–Para evitar una sobre población del Planeta.

–Para reactivar economías , reconstruyendo lo que las guerras han destruido

¿Para que las necesitamos ahora en pleno Siglo XXI , teniendo una Industria Farmacéutica y su organo rector la OMS, que cumplen a la perfección con todos los objetivos de la Guerra?

Hemos conseguido con la colaboración sumisa de la Sociedad, tener un cacique mundial denominado OMS ( Organización Mundial de la Salud), no sujeta a ningún control democrático.

Recordemos que la OMS, dependiendo orgánicamente de la ONU (organismo en el que unos pocos países tienen derecho a veto) y no siendo ninguno de sus miembros elegido democráticamente, nos dicta que podemos comer (Codex alimentario) , que vacunas y que medicamentos tomar y que plantas medicinales prohibir.

La OMS financiada en un 80% con el dinero de la Mafia Farmacéutica (que por cierto pagamos entre todos cuando compramos sus medicamentos), compra voluntades de nuestros gobernantes. Gobernantes que teóricamente hemos votado, desprovistos, gracias a la OMS , de toda libertad para decidir sobre que política real alimentaría y de salud tomar.

La OMS ha conseguido que independientemente de si un País profesa islamismo, cristianismo, budismo, hinduismo, etc. o laicismo (todos los ismos significan doctrina o sistema) , obedezcan sin rechistar lo que unos descerebrados maquinan continuamente, en este peligroso y antidemocrático organismo denominado OMS.

La OMS con “resignación” nos dice, que en los próximos años, 80 millones de personas morirán de cáncer http://www.bolpress.com/art.php?Cod=2010020609 , en una progresión escandalosa de la enfermedad claramente provocada por los empresas farmacéuticas que financian la OMS, con sus aditivos químicos , transgénicos y pesticidas agrícolas.

También nos cuenta que actualmente mueren a causa de la diabetes mas de 3 millones de personas al año http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs312/es/index.html y no hace nada por reconocer y autorizar tratamientos naturales efectivos como la Stevia.

La OMS y la industria farmacéutica que la financia, cada año deja morir de Malaria entre 2 y 3 millones de personas, la mayoría de ellos niños africanos y recomienda no utilizar de forma natural y gratuita un tratamiento efectivo de una planta de uso milenario en China, la Artemisia Annua, http://www.anamed.org/Spanish_Home/Te_de_Artemisia_annua_-_una_re/te_de_artemisia_annua_-_una_re.html

Una planta que los propias poblaciones afectadas se podrían cultivar sin ningún coste.

En cambio incentiva a Novartis-Syngenta para que extraiga un antibiótico de dicha planta, a Bill Gates para que la sintetice químicamente y la patente , e impide a la vez al Dr. Patarroyo desarrollar su vacuna gratuita.

¡¡¡¡ Para que necesitamos Guerras si la OMS y la ONU ya hacen su función de evitar la superpoblación ¡¡¡¡¡.

Las Guerras del Siglo pasado además también sirvieron para reactivar economías. Destruir para volver a reconstruir, ha estado siempre un negocio.

Pero para que las queremos ahora si las maquinas de matar actuales , petrolíferas, aditivos alimentarios y farma-industria, son sectores que no padecen la crisis y ven aumentar sus beneficios de forma descarada, matando legalmente.

“Gracias” sobre todo a la farma-industria (Insecticidas, fungicidas, herbicidas, aditivos alimentarios, fármacos….) , la sociedad está enferma, el producto interior bruto crece y pueden “contener” el desempleo .

Irónicamente podemos decir , que todos ganamos gracias a la enfermedad y si no estuviéramos enfermos, el mundo se hundiría mas a nivel económico y las guerras destructivas de bienes inmuebles y de seres humanos volverían a ser necesarias.

Por nuestro bien parece ser que hay que morir antes de tiempo de una forma u otra, o no disfrutar de una vida con plena salud..
Podemos escoger entre esos dos modelos diabólicos impuestos :

GUERRA O ENFERMEDAD.

O emprender la vía de la Desobediencia y caminar hacia un nuevo modelo de No enfrentamiento , pero si de reequilibrar nuestras vidas no haciendo caso de los consejos de la OMS ni de sus títeres (los responsables políticos de salud de cada país).

Cerremos las televisiones o evitemos su publicidad y los programas basura y salgamos al campo a buscar en lo natural nuestro equilibrio físico, emocional y económico.

Las plantas y los animales en libertad nos dan lecciones continuamente de cómo sobrevivir sin tanta ciencia prostituida, utilizada en buena parte, para dominar de forma fascista la Humanidad.

¿ Porque el cerdo ibérico en libertad no nos produce al comerlo colesterol del “malo”?

Porque en cambio los pobres perros en cautividad en nuestros hogares, reproducen las mismas o parecidas enfermedades que nos aquejan a nosotros los humanos?

Porque de momento vivimos en una sociedad cautiva y desinformada y no disfrutamos ni tan siquiera de la salud que disfrutan los cerdos ibéricos gracias a su libertad, buena comida y ejercicio al sol.

miércoles, 9 de marzo de 2011

LOS EXCESOS

La expansión de la caña de azúcar, es decir, el tirón europeo hacia los agrocombustibles, es la causa más significativa de la deforestación en Brasil.

El Correo Vasco. Gustavo Duch. 27 de febrero de 2011
Imagino a esos guerreros portugueses encasquetados cruzando las selvas sudamericanas en busca de dorados metales. Atravesando ríos cual mares, sufriendo ataques de bestias nuevas, abriéndose paso por selvas a machetazo limpio… Con los ojos puestos en todos los rincones. Mirando los cielos en busca de una señal, buscando resplandores en las cimas de las montañas…. Y hoy, siglos después, sabemos dónde estaba el Dorado anhelado: exactamente bajo las botas de aquellos arrogantes caballeros. Porque son los suelos del Cono Sur de América la mayor fuente y provisión de combustible para alimentar los excesos del capitalismo, sus fauces, ejemplarizados en el fast food. Es decir, las locuras de consumir mucho, tragarlo todo y rápido, sin dejar que el tiempo se tome sus pausas. Combustible para las grasas, combustibles para las máquinas y -mientras tanto- el pensamiento paralizado.

En Brasil lo saben -y lo explotan- bien. A base de cultivos de soja (con su harina se engordará animales de granja y con su aceite se producirá mucha bollería), de cultivos de caña de azúcar (que dará lugar al etanol para los biocombustibles) y la cría de ganado. Solo pensando en la relación Brasil-Europa advertiremos las dimensiones de esta tripleta. Brasil se han convertido en el cuarto suministrador de carne de vacuno para Europa, con más de 250.000 toneladas en 2009; un tercio de sus tremendas producciones de soja las compra Europa; y ha conseguido colocar en Europa un cuarto de todas sus exportaciones de etanol.

Pero esta insaciable demanda de carne, piensos y agrocombustibles europea sólo deja provechos a las grandes corporaciones brasileñas y el capital internacional asociado. Al resto de población (y al planeta en su conjunto) le reporta una continua destrucción de la selva Amazónica y el Cerrado, con las consabidas repercusiones para el clima, la biodiversidad y las miles de personas que, persistentes, siguen habitando esos lugares.

Un reciente informe de Amigos de la Tierra desvela que, en los últimos años, es la expansión de la caña de azúcar -es decir, el tirón europeo hacia los agrocombustibles- la causa más significativa de la deforestación en Brasil, superando los terrenos que la soja y la ganadería roban anualmente a los bosques y selvas. Pero, más allá de posiciones, lo preocupante del informe son sus previsiones, pues indica que la producción de estas tres materias primas continuará creciendo sin que la legislación brasileña tenga la valentía de poner al agronegocio en el sitio que se merece. En la recámara.

Los argumentos de políticas extractivistas como la brasileña (con y sin Lula), ya los conocemos, y son los mismos que defienden los lobbies del agronegocio y las instituciones neoliberales como el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial: satisfacer la demanda europea reportará divisas para el desarrollo del país. Pero ni las miles de familias campesinas sin tierra que viven en improvisados campamentos, ni la salud del planeta se nutren de divisas y dividendos. Así pues, por nuestra parte, debemos hacer inviable su excusa. En la medida que nuestras políticas, con la Política Agraria Común como eje central, apuesten por nuestra propia soberanía alimentaria, abriremos espacios a nuevas formas de entender la agricultura también en los países del Sur.

martes, 8 de marzo de 2011

Soberanía Alimentaria

Las causas del aumento de precios y de la crisis alimentaria en el mundo


Soberanía Alimentaria - Soberanía Alimentaria Egidio Bruneto y Joao Pedro Stedile. Militantes del MST y de la Vía Campesina

En las últimas semanas han circulado diversos artículos y comentarios sobre la crisis del aumento de los precios de alimentos. La mayoría de los análisis son buenos. Aunque algunos quedan atrapados en la visión economicista de la oferta y demanda. O de algún problema de sequía o inundación en algún país, que de hecho no son la causa del aumento de precios de los alimentos.
Dentro del MST y de la Vía Campesina hemos producido buenos análisis, y no está demás reforzarlos. Por eso estamos compartiendo con Uds. nuestra opinión, como una especie de resumen sobre las causas del incremento de precios de los alimentos y de la crisis alimentaria que afecta a millones de seres humanos, más allá de los mil millones de hambrientos que ya pasan hambre todos los días, según la FAO.

1.- El control oligopólico que unas pocas empresas tienen del comercio agrícola mundial, de los principales productos, como: soya, maíz, arroz, trigo, leche y carnes; pues ellas imponen un precio, independientemente del costo real de producción.

2.- La especulación de grandes inversores en las bolsas de mercancías agrícolas ha convertido a los alimentos en meros papeles de negocios. Se comenta en los periódicos que ya están vendidas en las bolsas Guardar las próximas siete cosechas de soya del mundo. Éstas ya tienen dueño, como títulos de ventas.
 3.- La especulación financiera: muchos bancos invierten sus capitales volátiles en mercancías agrícolas, para protegerse de la crisis general.

4.- La producción agrícola de agrocombustibles, que tiene sus precios basados en el petróleo, termina empujando la tasa medía de ganancia en la agricultura hacia arriba. Y así, debido al elevado precio del etanol, suben todos los productos agrícolas.

5.- El elevado costo de transformar millones de toneladas de cereales en proteína animal. O sea, las élites demandan cada vez más carnes, y por eso parte de la producción de vegetales, que podría ser consumida por la población, va para los animales y, por tanto, acaba incidiendo en el aumento del precio de las carnes.

6.- Las privatizaciones de los servicios públicos para la agricultura, que los transfieren al control de las empresas transnacionales, también repercuten en el incremento de costos en el precio final.

7.- Las legislaciones ambientales de sanidad y certificados de patentes, implementados en el periodo de los gobiernos neoliberales para favorecer el control oligopólico de algunas empresas sobre la mayoría de los productos que exigen transformación industrial, les da poder para imponer precios.

8- La regla general impuesta por la OMC (Organización Mundial del Comercio) a partir de 1994, que transformó los alimentos en meras mercancías, que deben ser reguladas sólo por el mercado. Y como el mercado es controlado por las grandes empresas transnacionales, eso tiene efecto directo en el precio.

9- La introducción de la propiedad privada de las semillas transgénicas impone una nueva matriz tecnológica con costos de producción mayores y en beneficio de las mismas empresas que controlan el comercio, las semillas y los insumos agrícolas.

10. Hay una corrida de los capitalistas en general y de las grandes empresas hacia el hemisferio sur, para apoderarse de los recursos naturales: tierras, agua, lagos, reservas de madera, etc. y con eso van expulsando a las poblaciones nativas y los campesinos en general, e imponiendo la regla general del capital sobre los alimentos.

11- En las últimas dos décadas con el proceso de internacionalización del capital y de las empresas capitalistas, los precios de los alimentos se internacionalizaron. Esto determina que los parámetros de producción y de los precios no son más el costo real de producción de alimentos en cada país, sino que se establece un precio medio mundial, controlado por las empresas, que excluye completamente otras formas de producción, locales, campesinas, etc.

Como se ve, la lucha por la soberanía alimentaria que los movimientos de la Vía Campesina en todo el mundo adoptaron como prioridad es más que correcta, es necesaria y urgente. La soberanía alimentaria es la política de que cada pueblo, en su región, municipio y país, desarrolle condiciones para producir los alimentos que necesita para sobrevivir. Y que sólo exporte el excedente, y sólo importe lo que va más allá de su canasta básica en consonancia con sus hábitos alimenticios.

Además, todos los nutricionistas advierten que nuestra dieta alimentaria tiene que darse a partir de los alimentos producidos en los biomas donde vivimos. Eso es lo que garantiza energía saludable para la reproducción de todos los seres vivos, en su propio hábitat. Las empresas transnacionales están transformando el mundo en un único y gran supermercado, a base de soya y maíz.

Esperamos que las contradicciones que el movimiento del capital nos presenta cada día, nos ayude a conscientizar nuestra base y la sociedad en general, para los cambios necesarios, para un nuevo modelo de producción agrícola, en el Brasil y en el Mundo.

lunes, 7 de marzo de 2011

Entrega más de 11.000 semillas de cultivos tradicionales a los a gricultores

Madrid Entrega más de 11.000 semillas de cultivos tradicionales a los
agricultores
 
Los agricultores madrileños pueden disponer de una gran diversidad de
variedades hortícolas que con el paso de los años y por la introducción de
híbridos comerciales, se han ido perdiendo.
 
07/03/2011. Fuente: Agroinformación
 
Los agricultores madrileños pueden disponer de una gran diversidad de
variedades hortícolas que con el paso de los años y por la introducción de
híbridos comerciales, se han ido perdiendo.
 
COMUNIDAD DE MADRID.-El Gobierno autonómico ofrece su apoyo y
asesoramiento al sector agrario madrileño, y por ello durante el 2010 puso
a disposición de los agricultores los recursos ofrecidos a través del
Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y
Alimentario (IMIDRA) y les entregó un total de 11.230 semillas de cultivos
tradicionales para mejorar sus plantaciones.
 
Gracias al trabajo investigador del Instituto Madrileño de Investigación y
Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (IMIDRA), los agricultores
madrileños pueden disponer de una gran diversidad de variedades hortícolas
tradicionales que, con el paso de los años y por la introducción de
híbridos comerciales, se han ido perdiendo.
 
Los mercados actuales demandan cada vez mayor calidad y exigen una oferta
diversificada, de forma que la conservación y el estudio de las variedades
tradicionales es fundamental, y por ello el IMIDRA cuenta desde el año
1995 con una colección de variedades de hortícolas y leguminosas
tradicionales de 153 tipologías diferentes.
 
El IMIDRA, dependiente de la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y
Ordenación del Territorio, entregó el pasado año más de 11.000 semillas de
estos cultivos tradicionales a los agricultores, principalmente de
tomates, judías y melones, pero también pimiento, cebolla o calabacín,
entre otros.
 
El sector agrícola supone una oportunidad de progreso económico para la
región, y por ello el Gobierno autonómico apoya a los agricultores a poner
en marcha sus proyectos y les asesora en materia de investigación,
contribuyendo así a generar empleo.

miércoles, 16 de febrero de 2011

Reflexiones sobre la industria agroalimentaria...

Ya sobre el punto de no retorno, estas reflexiones pasan de ser simples advertencias, pues apuntan a una de las contradicciones del sistema materialista economicista, que por sus incongruencias respecto de nuestra esencia vital, ha llegado ha poner en entredicho la vida misma a condición de lograr sus propósitos de acumulación de riquezas para unos pocos, desdeñando por supuesto que la vida misma es nuestra principal riqueza. Con seguridad, ya tenéis idea sobre muchos aspectos que aquí se tocan, más los datos y precisiones del autor son importantes para dar coherencia argumental a la hipótesis. No se requiere ser vegetariano al extremo, para comprender, aceptar y llegar a tomar medidas y decisiones en nuestra práctica diaria alimentaria compatible con lo que aquí se afirma; el problema se ha hecho global, pero algo puedes hacer desde tu propio hogar.


Las consecuencias de nuestra alimentación sobre nuestra ecología externa e interna.


I - Las consecuencias de la industria alimentaria.

Como decía Heráclito: « La salud del hombre es el reflejo de la salud de la Tierra ».

Estamos obligados a constatar que ambas están en peligro principalmente por nuestra forma de alimentarnos.

En efecto, hace falta tantos combustibles fósiles para fabricar la comida moderna, como para calentar las casas o propulsar los coches.

Hacen falta tantas materias primas para la alimentación industrial como para fabricar unos coches o unas máquinas.

Esta industria alimentaria usa 20 veces más agua que las familias: hacen falta 400 litros de agua por hora, durante las 24 horas, para satisfacer las necesidades alimentarias de una sola persona.

La producción de carne vacuna requiere 80 veces más agua que las papas y los plátanos fritos.

El ganado contribuye a la contaminación del agua mucho más que toda la industria y todas nuestras alcantarillas juntas

En Estados Unidos el problema de las deyecciones animales está cobrando unas proporciones enormes con las cantidades en juego. La industria de la carne en Estados Unidos produce 61 toneladas de estiércol, o sea 130 veces el volumen de las deyecciones humanas, o sea 5 toneladas por cada americano. Según la agencia de protección del medio ambiente, los cerdos, bueyes y pollos contribuyeron a contaminar 56 315 Km. de ríos en 22 Estados, y la capa freática en 17 Estados.

Un organismo microscópico, el Pfíesteria, que se alimenta de fósforo y nitrógeno presentes en el estiércol, es muy tóxico para el ser humano y los peces.

En 1991, mil millones de peces han muerto por el Pfíesteria en el río Neuse en Carolina del Norte. Desde 1995, una cantidad similar ha sido matada por el estiércol derramado en los estuarios y ríos de Carolina y los ríos de Maryland y Virginia que se desembocan en Chesapeake Bay. Esos fallecimientos pueden vincularse directamente con los 10 millones de cerdos criados en Carolina del norte y los 620 millones de aves de corral en la orilla sur de Chesapeake Bay.

En el Estado de Virginia, el nivel de coliformes fecales peligrosas para la salud está fijado en 200 por 100 mililitros de agua. En 1997, algunos ríos tenían tasas de hasta 424 por 100 ml.

De una producción de 50 millones de toneladas de antibióticos producidos anualmente en Estados Unidos, 20 millones van a los animales: 16 administrados a las aves de corral para que engorden más rápido, y para controlar las enfermedades procedentes de la crianza industrial, con unos animales hacinados en unos espacios restringidos:
anemia, gripe, diarrea, mastitis, neumonía, etc. 20% de los pollos son portadores de Salmonelosis y 80% se contaminan por Campylobacter en los mataderos y fábricas de transformación.
Las condiciones industriales de crianza enferman a los animales. Por ejemplo, un estudio demuestra que 80% de cerdos llegan al matadero con neumonía.

Se cuentan 5000 muertes y 76 millones de casos de intolerancia alimentaria cada año en los Estados Unidos.

Las Naciones Unidas informan que las 17 zonas pesqueras más importantes del planeta alcanzaron su límite o bien están en déficit y la tercera parte de toda la pesca va a la alimentación de los animales de crianza.

La producción, el transporte, la preparación y venta de los alimentos absorben unos 16.5% de toda la energía de los Estados Unidos, donde 75% de la alimentación tiene origen industrial.

Se calculó que bastaría con 5% de las superficies arables si toda
la población norteamericana adoptara la dieta vegetariana, esto en la
llamada agricultura biológica, sin productos químicos
artificiales. Entonces un programa de reforestación masiva podría
llevarse a cabo.

Cuando se trata de destrucción del medio ambiente y de golpes contra
la homeostasis planetaria por lo que ocurre en el Tercer Mundo, tan
sólo olvidamos de considerar que el Occidente lo mira cual
depósito natural práctico, y lo destroza sin el menor
escrúpulo.

Así es como 50 hectáreas de selva tropical húmeda desaparecen
del globo a cada MINUTO, para hacer carne y devolver deudas ficticias,
amenazando de esta manera el abastecimiento de la humanidad en oxigeno.

Cada bolita de carne para hamburguesa hace desaparecer 5 metros
cuadrados de selva tropical.

Por eso los vegetarianos dicen que la carne no sólo es un asesinato
sino un suicidio.

El desastre ecológico del abuso de carne no sólo atañe al
tercer Mundo.

« La desertificación del suelo al que debemos nuestra existencia
está en marcha tanto en Europa como en Estados Unidos. Para este
país por ejemplo, nombraremos algunos datos de un artículo
publicado en la revista mensual americana « The Atlantic » en
noviembre de 1989, bajo el titulo «Back to Edén», por Evan
Eisenberg.

Este artículo informa acerca de los análisis del geneticista Wes
Jackson, fundador de un «Land Institute» (Arkansas) donde
recomienda la abolición de la agricultura actual y el retorno a una
pradera de gramíneas salvajes.

El proceso evolutivo empezado hace 400 millones de años para llegar a
las especies actuales se ha invertido hace cerca de 10 000 años, con
la llegada de un modo de vida llamada « rural » . La reja del
arado, sin duda privó de porvenir a las generaciones futuras más
que la espada. La pradera vive de la renta de sus intereses, mientras el
trigal vive del capital.

En Estado Unidos, una tercera parte del humus ya desapareció, quemado
por la inundación química. En 1948 hacía falta 500 toneladas
de insecticidas para dejar a los insectos sólo 7% de las cosechas; 40
años más tarde, los insectos consumen más del doble, a pesar de
10 veces más insecticidas »

Todo eso para la carne, ya que 88% de la materia vegetal así obtenida
sirve para alimentar a los cerdos, bueyes, aves de corral.

Si 4 millones de campesinos americanos han dejado la tierra desde 1938,
sólo es para abandonarla a unas empresas de destrucción
agrícola cada vez más eficientes, que exportan sus métodos y
productos químicos, y hasta sus semillas tratadas por la
biotecnología, hacia el Tercer Mundo.

Añadamos que actualmente vemos regiones enteras sin agua potable, por
la contaminación con nitratos y estiércol, así como una
epidemia de encefalitis en los bovinos que ingieren residuos animales a
modo de comida.

Una sociedad enteramente nueva podría librarse del caos si las
opciones fundamentales apuntaran a una conducta vegetariana, o
sencillamente más vegetariana.

Ejemplos:

El mejor rendimiento alimentario por hectárea lo tienen las huertas.

En el borde de las carreteras se podrían plantar nogales y
castaños: una doble línea de árboles, en un tramo de sólo 16
kilómetros, ya correspondería a una superficie de 46
hectáreas.`

Los árboles frutales pueden servir para la reforestación, con las
mismas ventajas ecológicas de conservación de la capa de humus.

Un autor americano que quedó desconocido:

Bruno Schubert había publicado en 1967, en California, un librito
excelente, demostrando cómo un cambio alimentario de este tipo, junto
con una reforma económica allegada a las tesis de la economía
franca de Gesell o de la economía distributiva de Duboin, podía
transformar la sociedad y conducirla a una edad de oro.

Su titulo: « La supervivencia de la humanidad ». Desgraciadamente,
no es posible encontrarlo.

Cuando se sabe que, en la superficie de 5 terrenos de fútbol, 100
personas pueden vivir de semillas pero tan sólo 2 de carne vacuna, la
elección entre abuso de carne y vegetarianismo es la clave del
problema planetario y luego de la supervivencia de nuestra especie.

II - Del abuso de carne a la antropofagia del tercer Mundo por los
ricos.


Puede sorprender el titulo; pero sólo es el reflejo lapidario de una
realidad concreta y medible: El Tercer Mundo muere de hambre porque los
países ricos mueren de plétora.

Aparte de cualquier justificación sea sanitaria u otra, bastan las
constataciones siguientes para abrir los ojos y el corazón:

El ganado de los países ricos come tantos cereales como los Indios y
los Chinos juntos. En efecto, hace falta un promedio de 7 kilos de
alimentos directamente comestibles para el hombre, para obtener un solo
kilo de alimento de origen animal » (Sauvez votre corps, Dr.
Kousmine, p 215).

Un taller gigante de California con 100,000 bovinos consume 850
toneladas diarias de maíz, lo que podría alimentar a 1,7 millones
de africanos del este.

La mitad del agua de los Estados Unidos sirve para engordar el ganado,
o sea, 5 veces el consumo de la población del país, con 20 veces
más excrementos y 85% de pérdida de humus.

El problema del hambre en el mundo está falseado desde el origen, en
la medida en la que no se toma en cuenta un retorno eventual al
vegetarianismo.

Los países del Este de Europa compran en el mercado mundial unas cantidades ingentes de cereales (52 millones de toneladas en 1984 para el caso de la ex Unión Soviética), que sirven en gran parte para alimentar al ganado.

En los países industrializados occidentales, sólo el 22% de los
cereales se usan para la alimentación humana, mientras que en los
países en desarrollo la tasa es de 87%. Suiza importa anualmente 1,4
millón de toneladas de cereales, con 71% destinados a los animales de
carnicería.
Bastaría con que en Estados Unidos, por ejemplo, se comiera 10% menos
de carne, para que 60 millones de personas no murieran de hambre (valor
mentado por el Dr. Christian Schaller).

Con la cantidad de cereales que usamos para alimentar el ganado en los
países occidentales, podríamos dar de comer a toda la gente del globo. Una sola hectárea aporta

7,800,000 calorías con pan, 3 millones con leche pero solamente
1,215,756 con carne! En términos de proteínas, esto equivale a
255,153 y 13 gramos (Dr. Schlemmer).

El orden injusto del mundo.

Menos de 1% de grandes hacendados brasileños poseen 46% de las
tierras, mientras 89% de los pequeños tan sólo tienen 18%, y el
resto (34%) está entre manos de la clase media. En cuanto a las
exportaciones de carne de Brasil, su crecimiento puede sobreponerse a la
« deuda », y en el de la desertificación de la selva
amazónica. Todo eso para satisfacer el pedido de carne de los
pudientes.

III - Mi selva por una hamburguesa.

Para cada kilo de carne exportado por Costa Rica, este país sacrifica
dos toneladas y media de su fina y única capa de humus. Y más de
mil toneladas de carne vacuna están transformadas a diario en los
McDonald de los Estados Unidos.

En 1950, el 72% del territorio de Costa Rica era selva. Hoy día, su
cobertura forestal ya alcanza apenas el 26%, con 60,000 hectáreas
desbrozadas todos los años. En el transcurso del año que sigue al
desbrozamiento, hace falta una hectárea de pradera artificial para la
alimentación correcta de una sola cabeza de ganado.

Al cabo de 5 años, la delgada capa de humus está agotada hasta el
punto en que cada animal necesita de 5 a 7 hectáreas. Y luego, basta
con 3 o 5 años para que el desierto se instale. Entonces se prende un
incendio más allá: durante los meses de julio y agosto de 1989, 59
000 incendios devastaron unos 33,000 kilómetros cuadrados de
Amazonía, o sea más que el territorio de Bélgica (Tribuna de
Ginebra, 1-9-1989, pag. 7)

Y cada 17 horas, se abre en alguna parte del mundo un nuevo McDonald,
para despachar más de 25 millones de hamburguesas cada DIA; eso
equivale a 125 kilómetros cuadrados de desierto suplementario cada
día, y a la desaparición de especies vegetales y animales
irremplazables ya que apenas se conoce unas centésimas partes de las
propiedades químicas de las plantas, y se descubre constantemente
otras especies vivientes en lo que queda de superficies salvajes.

Acumular esos datos produce vértigo, por su barbaridad. Pero en el
origen de este frenesí autodestructor siempre están las dos
pulsiones de (froid) Freud: ser grande y darse gusto, o sea, en
términos macro-analíticos, hacer lucro financiero y consumir
valores mercantiles. Lo cual nos vuelve a llevar a las motivaciones
individuales y determinaciones sociales, económicas y políticas.

Cuando el tercer Mundo a diario puede darnos 200 millones de dólares
de intereses, es porque cogemos en el montón suyo y él hace lo
mismo con el medio ambiente: el resultado será igual para todo el
mundo salvo que sólo una pequeñísima parte de la humanidad lo
habrá aprovechado para sus gustos.

(SELVA VÍA SATÉLITE) - A la selva amazónica ya le quedan menos de
veinte años de vida. Contiene unos 40% de las selvas tropicales del
mundo, tiene un rol determinante en el mantenimiento de la
biodiversidad, de la hidrografía regional y el clima mundial, - pero
también presenta la más alta tasa mundial de destrucción: dos
millones de hectáreas cada año.

La deforestación amenaza no sólo los árboles y la fauna, sino
también los pueblos que allí viven.

IV - Cambiar de alimentación o el Apocalipsis.

Albert Einstein decía al respecto:

«Según mi punto de vista, el modo de vida vegetariano, por sus
efectos físicos en el temperamento humano, podría influir, de una
manera sumamente benéfica, en el destino de la humanidad »

La recíproca es, que el modo de vida no vegetariano puede influir, y
nos consta, de una forma tremendamente destructiva sobre el destino de
esta humanidad.

René Dumont había anunciado el punto de no retorno para el año
2000; decía que si el vegetarianismo no se hace costumbre, en lo que
quedaba de siglo, la conducta normal y consciente de la gente, se
produciría el Apocalipsis. Quizá sea eso lo que inconcientemente
espera la sociedad, al sentirse confusamente caída en un mundo que no
es el suyo. Pero ¿cómo volver a hallar una dimensión
sobrehumana perdida por una caída inmemorial, si no se es capaz de
convivir con sus congéneres y las demás especies vivientes?

Mi punto de vista es, que nunca es tarde para obrar el bien, puesto que,
según la frase famosa, hoy es el primer día del resto de nuestra
vida.

¡Nos toca hacerla diferente!


V - Para que el mundo cambie, la humanidad debe cambiar rápidamente
sus hábitos alimentarios.

Hace falta diez veces más tierra arable para alimentar un
carnívoro que para alimentar un vegetariano, y acabamos de ver a
qué consecuencias nos ha llevado el consumo de carne.

Salta, pues, a la vista que, el adoptar una dieta muchísimo más
vegetal y muchísimo menos animal, podremos resolver todos los
problemas de hambruna, así como los de la destrucción de nuestra
madre tierra.

Además cada ciudadano del mundo debe tener el derecho absoluto de
emplear una parcela de tierra para cultivar su propio alimento exento de
venenos.
Desde Hermes Trismegisto en Egipto, Pitágoras en Grecia, y el
naturalista Plinio el Viejo, hasta nuestros días, unos grandes sabios
y terapeutas no dejaron de celebrar las virtudes nutritivas y curativas,
para el cuerpo y el espíritu, de una alimentación natural fundada
en el vegetarianismo. ¡Es verdad!

« Si la humanidad quiere que el mundo cambie, debe modificar sus
hábitos vitales, al tomar conciencia del valor espiritual del
vegetarianismo. Este credo del nuevo vegetarianismo puede parecer
presumido, yendo más allá de una simple dieta alimentaria. Pero,
pensándolo bien, veo que la opción de la vida contra la muerte
plantea una dialéctica rigurosa con un enlace determinista
implacable, tal vez no percibido antes: la conducta vegetariana, por su
lógica interna a favor de la vida natural contra los antivalores
mercantiles, aparece cual base en que los demás movimientos deben
finalmente asentarse, so pena de quedar superficiales. Antes de traer
otras reglas de conducta para un mundo más sano, hay que haber
integrado uno mismo esta opción. Y dado el caso que la conducta
vegetariana me parece la actitud más sincera que sea compatible con
una supervivencia en el mundo industrializado, ofreciendo al mismo
tiempo una solución ecológica verdaderamente a la media del
problema actual; en comparación, las tesis de los « Verdes »
actuales resultan muy tímidas y pálidas » (D. Bloud).

Paradoja: Adoptar aquella alimentación que permite devolver a la
naturaleza, luego a los árboles, plantas, animales, unas superficies
inmensas, igualmente aumentaría la variedad de nuestros recursos en
alimentos naturales y gratuitos, y mejoraría la salud de todos.

Mientras seguir con el consumo de carne equivaldría a suicidaros
ahora, nosotros, nuestros hijos, y toda la colectividad.

Esta verdad sencilla, si se adopta y se aplica ampliamente, bastarápara salvar la humanidad y regenerar el planeta.

jueves, 10 de febrero de 2011

Poco a poco van implantando el codex alimentarius

SOS alimentario a partir del 31 de Diciembre de 2.009: Muy poca gente conoce sobre el tema y sin embargo, a partir de esta fecha entró en vigor el llamado "Codex Alimentarius"; y todo aquel que diga interesarse por la vida y por la calidad de vida, deberá tener claro de qué se trata, pues en adelante, todos estaremos implicados; si lees esta alerta te enterarás de qué se trata y sabrás que no es algo que algún paranóico se esté inventando ahora, pues es un plan que data de más de cien años, durante los cuales sus ejecutores no han permanecido quietos. No importa lo extenso que te parezca, las denuncias bien argumentadas lo ameritan.
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  • Entre 1950 y 2008 el número de canceres ha aumentado en un 300%
  • Entre 1950 y 2008, la mayoría de nuestros alimentos (frutas, verduras, etc.) ha perdido cerca del 150% de sus nutrientes (minerales, vitaminas).
  • Entre 1950 y 2008 más de 500 productos químicos han sido autorizados en la alimentación, la agricultura, los productos de limpieza, etc.
  • Según el INRA, en 1995-1996 casi la totalidad de las aguas de lluvia analizadas contenían moléculas químicas activas. El 60% de ellas sobrepasaban el 0,1 microgramo por litro o dicho de otra manera la Concentración Máxima Admisible  (CMA)  para el agua potable distribuida por los grifos.
Las nieblas están aún más contaminadas con cantidades que llegan a los 140 microgramos. 100 veces más que la CMA. Las neblinas y las brumas están de 30 a 60 veces más contaminadas y cargadas en pesticidas (utilizados en la agricultura intensiva) que la lluvia, porque del 25 al 75% de las cantidades esparcidas en el momento de la pulverización se pierden en la atmósfera. Lo que conlleva fatalmente una contaminación de las aguas, del aire, de las neblinas y de las nieblas… (INRA: Institut National de Recherche Agronomique –Francia,  pero desgraciadamente los datos valen para España).

Sin embargo las personas ligadas al Codex Alimentarius quieren obligarnos a seguir sus contaminados preceptos alimentarios y médicos. Para los que tengan el coraje de seguir leyendo, les explicaremos la relación entre el Codex Alimentarius y la Organización Mundial del Comercio (OMC), la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cartel y lobby de la industria petroquímica, y puede que algunos vislumbren una herencia del nazismo y del eugenismo en todo este tinglado.

Pero antes, debes entender que el Codex no sirve los intereses de los consumidores ni se preocupa de tu salud: solo se preocupa de los intereses de las 5 grandes multinacionales farmacéuticas, químicas, biotecnológicas, agro-alimentarías y médicas. Esto significa más transgénicos en tus platos a partir del 1 de enero del 2010, menos complementos alimentarios, menos vitaminas, menos medicinas y culturas “alternativas” o ancestrales, entre otros.

Ni tú ni yo estamos defendidos por el Codex Alimentarius.

“¿Qué ha hecho de tan grave el Codex para que yo me inquiete suficiente y que cierre momentáneamente mi gabinete medico, deje de curar a mis pacientes que vienen del mundo entero y vaya viajando por todos los rincones del planeta para alertar a las personas del tremendo peligro que nos cae encima?” Se pregunta la doctora Rima Laibow. (La doctora Laibow es directora de la Fundación Natural Solution de los Estados Unidos de America).

“Me encantaba ayudarles a recobrar la salud sin medicamentos químicos. Hacerlo me llena mucho, adoro hacerlo. Esto me permitía vivir también. Con el Codex, los nutrimentos (vitaminas, minerales) serán limitados a una lista de 18.

Hablamos de despertarnos una mañana y descubrir que las vitaminas y los nutrimentos que tienen una eficacia real estarán prohibidos… Vitaminas: prohibidas, como la heroína…ni siquiera disponibles con una receta medica. Y solo hablamos de la directiva vitamina. ¡Hablemos ahora de la leche!  Todas las vacas del planeta deberán ser tratadas con hormonas de Monsanto (Codex mandates use of Monsanto’s recombinant bovine growth hormones).  Además, todos los animales del planeta deberán ser tratados con antibióticos y hormonas de crecimiento (Codex mandates all animals be treated with anti-biotics and growth hormone).

El Codex exige que toda la comida esté irradiada  (como en Mac Donald) (Codex mandates that all food be irradiated) excepto si la comida está cruda. Nueve de los peores productos químicos conocidos son pesticidas. No es sorprendente, ya que matan a los insectos. Tenemos unos cuantos puntos en común con los insectos, podemos entonces suponer que los pesticidas no son muy buenos para nosotros también .Pero el Codex piensa de otra manera, porque el Codex vuelve a legalizar 7 de los 9 peores productos químicos prohibidos en 176 países: Dieldrine, Aldrine, Hexachlorobenzeno entre otros. Y la comida que contiene estas mierdas no podrá ser rechazada en las fronteras de nuestros países. Porque si lo hiciéramos seria una violación de los tratados comerciales de la OMC…es así como funciona el Codex Alimentarius.

Este es el Codex según las proyecciones de la OMC, de la FAO (Food and Agriculture Organisation-Organización de la agricultura y de la alimentación) y de la OMS (Organización Mundial de la Salud).

Estas proyecciones no las hago yo, y por favor si habéis desatado vuestros cinturones de seguridad intelectual, volved a atarlos…si miráis las cifras de las proyecciones epidemiológicas de la OMC y de la FAO los expertos estiman que tan solo cuando sea aplicada la directiva sobre las vitaminas el 31 de diciembre del 2009 tendrá como resultado, como mínimo, la muerte de 3000 millones de personas…de las cuales 1000 millones morirán por hambruna.

Estas personas no son rentables desde el punto de vista económico para las multinacionales. Cuando te mueres de hambre, ¿que puedes hacer? Cuando uno se muere de hambre, ¿uno es un consumidor responsable? Las multinacionales no las necesitan. Los otros 2000 millones morirán de mal nutrición. De hecho, ¿de qué hablamos? De una normalización de la alimentación, que es de hecho la legalización de los productos tóxicos y de la malnutrición.

Seria ilegal, si en algún sitio hay una hambruna, mandar galletas con alto valor en nutrientes (vitaminas, minerales)  y distribuirlas

(Conferencia Doctora Laibow:)

La Historia secreta del Codex

El trust de la fármaco-química como la conocemos hoy en día fue concebida por una asociación de la Rockefeller con la IG Farben de la Alemania nazi. La industria IG Farben no fue bombardeada durante la segunda guerra mundial para preservar los intereses de la Rockefeller. Desde 1932, la industria fármaco química IG Farben financiaba Adolf Hitler. Sin este apoyo y según el tribunal de Nuremberg, la segunda guerra mundial no hubiera podido ser. En 1941, la Ig Farben estableció la más grande industria química en Auschwitz, sacando provecho de la mano de obra del campo de concentración.

Después de la segunda guerra mundial, las personas que habían cometido crímenes contra la humanidad fueron juzgadas por la comunidad mundial, en un tribunal dirigido por los USA e Inglaterra en Nuremberg. Si sus crímenes eran probados se veían condenados a la horca o a la cárcel. Veinticuatro personas de Ig Farben fueron declaradas culpables de genocidio, esclavitud, pillaje y otros crímenes.

El tribunal de Nuremberg dividió la Ig Farben en BASF, BAYER, y HOECHST. Todos los antiguos responsables fueron liberados en 1952, con la ayuda de Nelson Rockefeller, su antiguo aliado comercial. Entonces era ministro de Asunto Exteriores de USA.

Una vez liberados, los dirigentes de IG Farben infiltraron las más altas funciones de la economía alemana; hasta los años 70, los dirigentes de las sociedades BASF, BAYER, Y HOECHST fueron antiguos miembros del partido nazi. A partir de 1959 financiaron al joven Helmut Kohl. Con el apoyo político de este último, las 3 filiales salidas de IG Farben son en la actualidad 20 veces más grandes que la casa fundadora de 1941.

La organización nazi de globalización, asociada con Rockefeller, es un éxito total. Desde hace tiempo, el planeta está cuadriculado, organizado y gestionado para asegurar una expansión mundial del fármaco-químico.

Luego, la “tradición” del cartel de la IG Farben se prosiguió bajo un nuevo nombre: Asociación de la Industria Química.

En 1955, la industria química farmacéutica mundial se reagrupó bajo los auspicios de la Cámara de Comercio Internacional de las Naciones Unidas y del gobierno alemán. Sus esfuerzos en común fueron camuflados bajo el nombre de Codex Alimentarius. Muchos partidos políticos europeos, de derecha como de izquierda, estuvieron y están financiados por esta industria con el fin de asegurar su hegemonía económica mundial.

El origen de la dinastía Rockefeller.

Alrededor de 1860, “Old Bill” Rockefeller, feriante de especialidades farmacéuticas, vendía frascos de petróleo bruto a los campesinos ingenuos haciéndoles creer que era un tratamiento contra el cáncer. Llamaba a su petróleo bruto, Nujol (New Oil: Nuevo aceite). El negocio prosperaba. El compraba una botella de petróleo bruto de 30 gramos a la Standard Oil por 21 cents y la vendía por 2 $.

Muy poco culto, sin escrúpulos, sin conocimientos o formación medica, con algunas nociones de contabilidad y una codicia feroz, “Old Bill” supo imponerse. El Nujol fue bautizado “cura contra el estreñimiento” y fue ampliamente comercializado.

Sin embargo, unos médicos descubrieron que el Nujol era nocivo y provocaba enfermedades graves, eliminando las vitaminas liposolubles del cuerpo.

La Standard Oil lucho contra la caída de las ventas añadiendo caroteno  al petróleo bruto para paliar la carencia. Al senador Royal S. Coperland de Nueva York, se le pagaban 70 000$ cada año para promover el Nujol.

El imperio Rockefeller se construyó gracias a esta formidable superchería, que consistía en hacer tragar un derivado del petróleo bruto enriquecido con caroteno a la población. Es así que las bases de la industria fármaco-química fueron establecidas. Estamos muy lejos de las bases de las medicinas chinas, tibetanas, o persas. El éxito comercial del Nujol permitió diversificar la producción fármaco-química y alcanzar cumbres en término de beneficios. En 1948, la cifra anual de la Rockefeller se elevaba a 10 millones de $. El medicamento Nujol sigue existiendo bajo forma de parafina pura, clasificada como laxativo suave: está recomendado contra el estreñimiento crónico rebelde. Es fabricado por el laboratorio Fumouze. Desgraciadamente, obstruye el intestino, lo que conlleva rápidamente carencias graves.

Volvemos a la IG Farben

Una de las personas encontrada culpable de crímenes contra la humanidad, era el presidente de un gigantesco complejo industrial llamado IG Farben. IG Farben producía desde el gas usado en las cámaras de gas de los campos de concentración, hasta el acero para las fábricas que funcionaban alrededor de los campos de la muerte con sus detenidos-esclavos, las municiones, los productos químicos, y muchas más cosas.

El presidente de IG Farben era un “artista”, un tipo con muchas ideas. Fué él quien inventó la frase a la entrada del campo de concentración de Auschwitz: “Arbeit macht frei”: “el trabajo te hace libre”… Encontrado culpable de crímenes contra la humanidad, le metieron en la cárcel y como tenia mucho tiempo libre, se dijo acerca de la solución final y del nazismo: “Esto no ha funcionado… ¿como podríamos hacer? Ya lo he encontrado…la comida…quien controla la comida controla el mundo”  A su salida de la cárcel se encuentra con sus amigos de IG Farben…”Tengo una idea para vosotros: si tenemos el poder sobre los alimentos a nivel mundial, tendremos el control del mundo…”

Sus amigos le respondieron que era una muy buena idea y crearon juntitos una comisión comercial  llamada Codex Alimentarius Comisión. No es una comisión de salud pública ni tampoco una comisión  de consumidores. Es una comisión comercial. ¿Pero de qué se ocupa el comercio?  De dinero. ¿El business qué es? Dinero. El comercio sirve para sacar beneficios. El volumen del negocio alimentario se estima entre 300 y 400 000 millones de $… Entonces en 1962 dijeron que iban a trabajar para una implantación mundial en diciembre 2009…. Se dejaron tiempo, se dejaron 37 años para lograrlo…crearon un cierto número de comisiones…comisión sobre la pesca, comisión sobre el aceite y las grasas…frutas y verduras, nutrición…existen 27 comisiones diferentes. Es un enorme monstruo burocrático: es un estercolero gigantesco. El Codex ha promulgado más de 4000 decretos y reglamentaciones  acerca de todo lo que se puede llevar a la boca a  excepción de la industria farmacéutica. Los fármacos no forman parte del Codex Alimentarius. Para ellos, en Europa, se ocupa otro lobby (del que ya hemos hablado en otro articulito que mandamos a los correspondientes epistolares de Alteatequieroverde por correo electrónico el 28 de junio del 2009 y que puedes encontrar al final de este artículo.)

¿Pero cuál es la historia del Codex antes de 1962?

El imperio austro-húngaro dijo: “Necesitamos reglas para que las cortes de justicia puedan pronunciarse cuando juzguen en lo concerniente a la comida. Tendremos reglamentaciones que deberán seguir las cortes de justicia.”

Es así que se organizaron. Llamaron esto Codex Alimentarius y lo sacaron a la luz en 1893. Fue valido hasta el fin del imperio austro-húngaro al final de la primera guerra mundial. La idea estaba presente en la mente germánica necesitada de reglas… ¡muchas reglas! ¡Mucho orden! Necesitamos reglas acerca de todo lo concerniente a la comida…Para los industriales alemanes de los años 60 era entonces una buena idea  volver al Codex, como cuando el imperio todavía existía…

Empezaron a promocionar sus reglamentos pero en la época, eran de seguimiento voluntario, como si de unas recomendaciones se tratara. Sin embargo, el Codex está ahora administrado por mamá OMS, (la Organización Mundial de la Salud) y papá FAO (Organización de la Agricultura y de la Alimentación- Food and Agriculture Organisation). Papá y Mamá han sido creados a petición de la ONU (Organización de las Naciones Unidas).

Pero lo que es muy interesante, es que se supone que deben tratar de salud y de  alimentación, o sea de alimentación sana a  excepción, ya hemos dicho, de los medicamentos…Sin embargo hemos visto como la agricultura moderna enferma a las personas y mata a nuestro Planeta, (Gaïa, Pacha mama o como nos guste llamarla) y cómo los medicamentos químicos no tratan de curar a los enfermos*…El Codex promueve sus reglamentaciones a nivel mundial. La OMC (Organización Mundial del Comercio) aceptó el Codex Alimentarius  cuando fue fundada en 1994. Dijeron que iban a resolver así los conflictos comerciales en materia de alimentos siguiendo las reglas del Codex Alimentarius  y es así que todos los miembros de la OMC tuvieron que armonizar sus leyes con sus normas. Si dos países tienen un litigio en el seno de la OMC con el fin de arreglar un problema comercial  y uno está en las normas del Codex y el otro no, el que sigue las normas gana automáticamente a pesar de los motivos del conflicto…la OMC usa el arma de las normas del Codex en una batalla comercial más grande.

¿Que intentan hacer todos los países del mundo mundial? Desean estar dentro de las normas del Codex…


Detrás de los adornos seductores de apariencia filantrópicos, el Codex no es más que el brazo secular de una organización fascista. Su vocación secreta no es otra que la explotación a ultranza, cuales sean las consecuencias y la esclavitud de la humanidad. La creación de este organismo mundial ha incrementado o agravado las disparidades socio-económicas, en contra de lo prometido. De hecho, se trata de una temible dictadura que tiene bajo su yugo a los mismísimos gobiernos con una espada de Damocles permanente. Por ejemplo, Europa paga cada año, una multa de 116,8 millones de $ a USA por su rechazo a importar carne con hormonas de crecimiento.

El Codex Alimentarius quiere poner fuera de la ley todas las informaciones alternativas en relación con las vitaminas, las terapias naturales, los complementos alimentarios y todo lo que constituye de cerca o de lejos una competencia potencial.

Esta manera de pensar de la globalización fármaco-química explica en gran parte la destrucción sistemática de todos los innovadores científicos independientes desde hace  50 años. Esta industria utiliza todos los medios para salvaguardar sus partes de mercado en las enfermedades como el cáncer, el sida, las enfermedades cardio-vasculares…

Desde  hace décadas somos capaces de curar en muchos casos todas estas enfermedades, pero procesos de desinformación potentes esconden la verdad al público. Evitaríamos también, por prevención,  la casi totalidad de estas enfermedades abandonando la agricultura extensiva con pesticidas (insecticidas, fungicidas, herbicidas, etc.), los abonos químicos, los aditivos alimentarios, los formaldehidos,  los OGM, los PCB, y un largo etcétera.) Con la aplicación del Codex, la puesta fuera de la ley de toda información sobre las medicinas alternativas, bloqueará la erradicación de algunas enfermedades asegurando siempre más beneficios a esta industria mundial farmacéutica que trata los síntomas sin atacar las causas.

El doctor Rath, denuncia esta situación en estos términos: “La verdadera naturaleza de la industria farmacéutica (mundial) es ganar dinero con las enfermedades crónicas, y no ocuparse de la prevención o de la erradicación de las enfermedades…la industria farmacéutica tiene un interés financiero directo para que estas enfermedades perduren con el fin de asegurar el crecimiento del mercado de los medicamentos. Es por esta razón que los medicamentos están concebidos para aliviar los síntomas y NO tratar las causas de las enfermedades…los trust farmacéuticos son responsables de un genocidio diseminado permanente, matando a millones de personas…”

El 13 de marzo del 2002, nuestros euro-diputados adoptaron leyes a favor de la industria farmacéutica, dictadas por las disposiciones del Codex Alimentarius con el fin de elaborar una reglamentación coercitiva para todas las terapias naturales y suplementos alimentarios. Una resistencia ciudadana de 438 millones de peticiones inundó los buzones de los euro-diputados, hasta tal punto, que las comunicaciones internas fueron bloqueadas. Sin embargo, las directivas del Codex Alimentarius fueron adoptadas. Este voto fue un verdadero golpe bajo a la democracia augurando nuevas dificultades para la construcción europea.

De hecho, una legión de  empleados de los lobi influencian a los legisladores, para controlar los organismos de reglamentación, para manipular la investigación y la educación.

La información que reciben  los médicos está  íntegramente financiada por estos trusts que esconden cuidadosamente un gran número de efectos secundarios peligrosos negándolos públicamente.

Después de haber establecido la génesis de estos crímenes y probado la responsabilidad de las industrias farmacéuticas sobre el establecimiento de una política mundial de genocidio diseminado, el Doctor Rath  ha denunciado este crimen contra la humanidad en la Corte Internacional de la Haya en junio 2003.

La Directiva que el Codex quería aplicar en el 2005.

A partir de enero 2010, las directivas del Codex Alimentarius, nombradas Directivas Europeas sobre los Suplementos Alimenticios, deberán ser aplicadas bajo amenazas  de sanciones económicas.

¿En que consisten?

  1. Se trata de suprimir sencillamente todo los suplementos alimenticios naturales. Todos serán reemplazados por 28 productos de síntesis farmacéutica con baja dosificación.
  2. Las medicinas alternativas como la acupuntura, la medicina energética, ayurvédica, tibetana Etc. se verán progresivamente prohibidas
  3. La agricultura y la alimentación animal serán reglamentadas según las normas del complejo fármaco-químico, prohibiendo así la agricultura bio-dinámica y poco a poco la agricultura orgánica o bio..
  4. La alimentación humana certificada legal deberá ser irradiada (ej: irradiada con Cobalto- el termino técnico empleado para dar confianza al público es “ionizada”.)
El Codex Alimentarius controlará el acceso a los aminoácidos esenciales, los aceites de pescado, las vitaminas y los minerales. El aumento de los controles se hará poco a poco,  eliminando poco a poco todas las medicinas alternativas ancestrales y naturales.

Nuestras fuentes:


Sitio oficial del Codex: http://www.codexalimentarius.net/web/index_es.jsp

Datos sacados de INRA, Fabrice Nicolino, François Veillerette.

La conferencia Codex and Nutricide impartida por la doctora Rima Laibow de la Natural Solutions Foundation, del Barman College (Holistic Nutrition and culinary arts) in cooperation with National Association of Nutrition Professionals (NANP) de USA. http://www.codexalimentarius.net/web/index_es.jsp

Le Codex Alimentarius:http://www.onnouscachetout.com/themes/alimentacion/codex-alimentarius.php

Liesi (Lettres d’Information Economiques Stratégiques Internacionales) de los últimos años. (BP 18- 35430 Châteauneuf- Francia)

Fondation Beljanski

Kokopelli

Là Bas Si J’y Suis (France Inter

* Los lobby en Europa. (Correo de Alteatequieroverde a sus correspondientes epistolarios: 28 junio 2009):“Explicar el funcionamiento real de Europa es aburrido y complejo, sin embargo puede ser vital para cada uno de nosotros, hemos escrito vital. Los medicamentos por ejemplo: pueden curar pero pueden matar también. Su autorización de puesta en el mercado es un verdadero problema de salud pública que no debería dejarse en manos de  los industriales del medicamento. Sin embargo, en Bruselas, el medicamento no es competencia de  la Comisión de salud sino de la Comisión de Empresa e Industria. Todas las direcciones de esta comisión defienden la competitividad de las empresas y el acceso libre al mercado europeo. Pero lo más fuerte es que la evaluación misma de los medicamentos ha sido delegada a una agencia radicada en Londres y esta agencia del medicamento, que se supone independiente, esta de hecho financiada al 73% por los grupos farmacéuticos…estos entregan un canon por cada informe del medicamento presentado a la agencia. El ponente del informe, nombrado por la agencia misma, cobra el 50% de este canon. Cada uno puede entender que las recetas dependen de la cantidad de informes tratados y quizás aceptados…la revista medica independiente Prescribe escribe:

“Como explicar el numero creciente de nuevos medicamentos, que estos sean tan mal evaluados, que no aporten ninguna avance, que sus precios sean extravagantes, pero que estos sean abonados por las Seguridades Sociales de los países europeos.”